domingo, 4 de septiembre de 2011

¿¿GUERRA DE SEXOS EN EL SIGLO XXI?? No, gracias. Parte IV


Llegando al rus final de esta larga batalla cromosomática me centraré en cómo trabajan los distintos almacenes de neuronas, ya tenga la puerta de la entrada pintada de rosa o de azul.

¿Qué partes cerebrales funcionan más en hombres y cuáles en mujeres, y en este caso, sin viceversa?
Allan Pease y Bárbara Pease, una pareja de psicólogos escribieron un serial de libros con títulos del tipo: “Por qué los hombres siempre mienten y las mujeres siempre necesitan un par de zapatos más”, “Por qué los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas”, y así, hasta cuatro. Cómo conocido es por todos, lectores o no, mi afán por comprender tanto el prisma de un bando y la visión del otro, un buen día me obsequiaron con uno de estos libros que devore sin piedad. De este libro con ejemplos prácticos y de un estudio algo sesgado podemos sacar varias “pequeñas”, insisto “diminutas”, diferencias entre géneros; pues los ejemplos y muestras eran paupérrimas.

En cuanto al por qué de los problemas o deficiencias de las mujeres a la hora de orientarse en campo abierto o sobre planos y mapas, esta leyenda o no, responde a dos conceptos fundamentales, como todos:

-          Por un lado el punto de vista educacional, es decir, el hombre tiende a orientarse mejor por sus experiencias pasadas, por motivaciones con la tarea o por  las presiones sociales de sus iguales acerca de orientación, la sensación de ser el macho dominante o el cabeza de familia, en definitiva el líder de la manada que guía a su pequeño grupo.

Por ejemplo, un hombre rara vez preguntará la dirección de una calle o lugar, intentará buscarlo por sus propios medios aunque tarde más, en una lucha titánica de wrestling entre su conciencia y su orgullo, cabezón, intentará conseguirlo y no será sino otra medalla que colgar en su palmarés.

Sí tú, mujer, no quieres discutir con él, lo mejor sería comprarle un GPS puesto que te ahorrarás tiempo, discusiones y dinero a largo plazo, el enredará con el “juguetito” e intentará ganarle tiempo al GPS en su pronóstico de llegada, en una obsesión competitiva automovilística que los congratula enormemente, y tú llegarás al sitio que deseas a una hora razonable; y con el valor añadido de que no entrarás en la porfía de… ¿Por qué no te paras y preguntas?, que llevamos un rato dando vueltas.

-          Por otro lado, la construcción y estructura del área sináptica lógico-matemática, esta área se encuentra levemente más desarrollada en el caso de los hombres, esto no implica directamente que los hombres solucionen mejor cualquier tipo de problema matemático, pues a pesar de estar en hemisferios cerebrales distintos esta área tiene muchísimas interconexiones neuronales con el área del lenguaje o área de Broca.

Para solucionar un problema de índole espacial, matemática o de razonamiento lógico conceptual será imprescindible una buena sinergia de ambas áreas, es decir, verbalizar bien el problema, para su comprensión y afrontarlo de forma racional, organizada y planteándose varias hipótesis plausibles. Por lo tanto, al necesitarse ambas, podríamos desterrar la idea de que las mujeres son peores en el razonamiento lógico-matemático, y de ser así sería más bien por las motivaciones que suponen estos retos y por las experiencias acumuladas de los falo-poseedores, que por diferencias cerebrales de carácter estructural.

Seguramente si propusiéramos un acertijo a un grupo reducido de un sexo y a otro grupo pequeño del otro, las mujeres acabarían debatiendo acerca del acertijo desencadenando esto una conversación totalmente distinta e impredecible, y en el bando masculino cada uno tratará de solucionarlo de forma individual y solo en caso de ver imposible una solución utilizaría el apoyo de los compañeros, siempre y cuando entienda que los que le rodean están mejor preparados que él. Para un hombre la ayuda de un especialista siempre es respetable, pero nosotros tenemos nuestra propia opinión entendamos o no.

En cuanto al área de Broca o del lenguaje, que hemos mencionado anteriormente, es un área que al igual que la lógico-matemática está levemente más desarrollada por lo general en el género femenino, pero siempre debemos entender esto desde el punto de vista social o educacional, es decir, normalmente a las mujeres se les ha “impuesto” un cliché social que consiste en hablar, debatir, discutir y conversar sobre todo, sin importar tiempos y espacios, y única y exclusivamente por el mero hecho de disfrutar con el diálogo.

En este hemisferio cerebral también se encuentran las áreas que se preocupan del sentido de la empatía y de la afectividad, por ello se tiende a pensar que las mujeres poseen más de estas características, pero nuevamente son los tabús de la sociedad los que provocan en numerosísimas ocasiones que no afloren estos sentimientos en los varones.

Pero… ¿cómo afrontan un problema de tipo profesional, personal o social cada uno de los sexos?

Si lo que buscas es un apoyo y un hombro en el que llorar, sin duda alguna necesitas una mujer que te escuche y te entienda, los hombres nos dedicamos a buscar soluciones ante los problemas, ni si quiera nos paramos unos minutos a comprender el por qué del problema o el meollo del mismo, o sencillamente la tristeza, alegría o preocupación que te alberga, las mujeres procesan una capacidad de “química empática” que procura ponerse en la situación del otro e intenta sentirse como tú con el objetivo de servirte de apoyo y ayudarte.

Todo esto te resulta escrito en otro idioma hasta que veas dos ejemplos fundamentales.

Ejemplo A: un hombre se sienta a ver una película y la película ya ha empezado, si no ha sucedido nada importante para el devenir de la historia o el guión de la película es más que posible que el hombre decida continuar viéndola, pero si por el contrario hay situaciones que no comprende o acciones de los personajes que le resultan extrañas porque no conoce el hilo de la misma, su idea de seguir viendo el film quedará desechada y le aburrirá o no lo considerará fructífero seguir viéndola.

Ejemplo B: si por el contrario fuera una mujer la que empieza a ver una película que ya ha comenzado, la historia es muy importante también, pero lo verdaderamente importante y que sustenta la película es como sienten, actúan y se mueven los personajes, que les ocurre si sufren, lloran, aman, se ríen o piensan, la mujer buscará empatizar con el personaje o personajes principales, ser ese personaje, y si no consigue esta conexión seguramente la película le aburra. Por ello la ciencia ficción o la acción suelen ser géneros masculinos, y el musical o la comedia romántica femeninos por los tipos de interacción que se hacen con unos u otros largometrajes.

El siguiente bloque de ejemplos ocupará como afrontar un despido laboral o el final de una relación de pareja.

Sí una mujer te cuenta que le han echado del trabajo o que su novio le ha dejado no debes de buscar una solución inmediata a su “problema”, pues ella se encargará de buscarla por sus propios medios, lo que necesita es alguien que se ponga en su situación, critique enérgicamente a su jefe o novio y que llore, grite y se calme junto a ella, NO NECESITA SOLUCIONES… ¿¡¡ESTÁ CLARO!!?

Sí por el contrario es un hombre al que han echado del trabajo o le acaba de dejar la novia ayúdale a hacer un nuevo currículum, búscale una oportunidad en tu empresa, o en la de un amigo, concierta una cita con una amiga o conocida para él o simplemente sácale de fiestas, el hombre necesita soluciones, no empatía, necesita acción para despreocuparse del problema, no agudizar y revolver el problema una y otra vez porque no sabe afrontarlo, porque realmente tenemos enormes carencias y deficiencias en la solución de problemas que nos atañen directamente.

La mujer puede dar vueltas, vueltas y más vueltas al mismo problema hasta conseguir la tranquilidad y la sensación de que domina la situación o que puede superarla desde un punto de partida. Posiblemente sea una de las principales razones de porque las estadísticas reflejan con crudeza que son más depresivas, pues se preocupan más por todo.

En mi humilde opinión es inútil establecer unas diferencias fiables entre hombres y mujeres puesto que el cerebro y su análisis es distinto para cada uno. Nuestra personalidad no depende de que tenemos entre las piernas o la suma de estrógenos y testosterona, sino de la adquisición de conocimientos, experiencias, estímulos, sensaciones y de la diferenciación educacional.


Para los químicos sería el “chiral” (del griego mano) molecular, el concepto estriba en que al igual que la mano izquierda y la derecha son imágenes idénticas también son diametralmente opuestas, extrapolado a los humanos; hombres y mujeres, como los compuestos químicos, aunque puedan parecer iguales no siempre se comportan igual; activo-inactivo, bueno-malo, hombre-mujer, la “chiralidad” son imágenes nada más, hombres y mujeres también.

No obstante, ya sea por la forma de aprender, la motivación, la intención global de la sociedad o el desarrollo de las áreas sinápticas…

“Diferencias haberlas haylas, como las meigas;
pero entre las personas, no entre los sexos”.

1 comentario:

  1. Pues sí, esperaba que llegases a esa conclusión al final de tus posts. A veces me siento identificada con cosas que no son "típicas o características" de las mujeres. Y no me siento menos mujer por ello. Creo que cada persona somos la suma de la genética+las experiencias que vivimos+el aprendizaje de todas las relaciones que tenemos (laborales, familiares y personales). Me oriento bien y me encanta leer un plano en una ciudad nueva, disfruto con el taladro colgando cosas en las paredes, pero por supuesto me encanta comprar zapatos e ir a la pelu, jajaja ¿Por qué renunciar a nada?
    Gracias por compartir tu punto de vista.

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