lunes, 29 de agosto de 2011

¿¿GUERRA DE SEXOS EN EL SIGLO XXI?? No, gracias. Parte III



Recuperando la entrada anterior nos planteábamos tres dudas fundamentales a desarrollar, que son: ¿aprendemos igual hombres y mujeres y viceversa? ¿Nos motivan lo mismo a hombres y mujeres y viceversa? ¿Qué partes cerebrales funcionan más en hombres y cuáles en mujeres, y en este caso, sin viceversa?

¿Aprendemos igual hombres y mujeres y viceversa?

NO. Los hombres somos cazadores, las mujeres son recolectoras, es decir, mientras el hombre pretende marcar una meta en un cercano horizonte y luchar para llegar a ella de forma rápida, eficaz, y más que posiblemente de manera eficiente; la mujer va a conocer lo qué rodea la meta, cuál es la idiosincrasia de la meta, en qué le va a reportar cosas positivas o negativas, qué consecuencias tiene y qué uso futuro le podrá dar… por ejemplo: “Es importante hablar inglés para aprobar el examen”.

Bien, ejemplo XY: el hombre estudia todo lo que pueda*, (habitualmente siempre menos de lo que puede, y concretamente en este caso) lo hará de forma metódica, rápida y eficaz, a un solo color, a una sola letra (con CPU para los expertos), exprimiendo al máximo los conceptos tiempo y esfuerzo, o en su defecto se busca las artimañas para conseguir aprobar el examen (véase chuletas u otros).

Ejemplo XX: la mujer se postula si de verdad es importante lo que va a estudiar, qué beneficio obtendrá para ello y una vez visto que es necesario, organizará un plan de estudio más bien basado en el volumen de estudio que en el tiempo o el esfuerzo, es decir, vamos a ir poco a poco asimilando parte por parte, lo que no haga hoy lo haré mañana, si tengo que sacrificar otras cosas menos importantes da igual, debo hacerme una idea general y luego escudriñar punto a punto, epígrafe a epígrafe, resaltando las ideas principales para captar mi atención, subrayando las ideas secundarias, recalcando las ideas terciarias y reflexionando los ejemplos e ideas cuaternarias… por supuesto, las anotaciones en colores, utilización de notas y/o post-it y el manido recurso del esquema que relaciona ideas y posteriormente se verbaliza, en nada tiene que ver al resumen, del resumen, del resumen que utiliza el ejemplo XY. También utilizarán técnicas de asimilación curiosas a la par que efectivas como apuntarse en notas las cosas más importantes y pegarlas en el cabecero de la cama, un corcho, en la mesa o similar para repasar siempre esos conceptos antes de acostar o recién se han despertado.

¿Nos motivan lo mismo a hombres y mujeres y viceversa?

NO. Dinero, éxito, reconocimiento o aprobación, o simplemente el placer de aprender o ser, son distintos para unos y otras. Por ejemplo: ¿qué busca un hombre en una mujer para una posible relación? Atracción física, diversión, feeling, acción, originalidad, estilo, elegancia, afectividad y tolerancia. Una mujer busca: atracción física, seguridad o protección, estabilidad, entorno o posición social, inteligencia, predisposición laboral, cercanía, empatía, honestidad y exclusividad. Parecidas pero distintas, cada uno tiene el juicio de valor sobre lo que busca o no, pero, a rasgos generales coincides más con H o M en función de tu orientación sexual.

Por ejemplo, la motivación de un hombre al comprar un coche es comprarse el mejor coche, la mayor potencia, el mejor estilo y la marca más ostentosa (siempre que la cuenta corriente lo permita), una compra clasista y habitualmente poco rentable y muy barroca, es decir, el exceso por el exceso, si tengo que vender un coche a un hombre le diré ¿Te gusta conducir?, bien BMW, sabías lo que hacías. A la hora de vender un coche a una mujer deberíamos centrarnos en su funcionalidad, espacios, equipos que vienen de serie, consumo, gastos de mantenimiento o incluso el precio de un posible seguro, si tengo que venderle el coche a una mujer le hablaré de su gran maletero para sus escapadas y viajes, de lo accesible que son las 5 puertas, lo sencillo que se aparca y lo barato que le va a salir el consumo y su mantenimiento. Motivaciones distintas, queda claro, educacionales o genéticas, no lo sé, pero motivaciones distintas.

¿Están reñidas las dos formas de ver la compra de un coche? ¿Están en disputa los dos conceptos de búsqueda de pareja? Claramente no, de la disonancia, de la divergencia, de lo distinto surge lo bueno, por qué elegir solo desde nuestro punto de vista, si cuatro ojos ven más que dos, y si son ojos de distinto sexos tenderán a complementarse y a entenderse lo que provocará seguramente la mejor decisión.

Ahora bien, esa decisión, ese conflicto de intereses… seguramente es un intento de la propia sociedad a la que le interesa tal diferenciación por diversos motivos; ampliación de mercado, heterogeneidad en la oferta, manejar y dirigir la demanda, manipular el concepto hombre-mujer y verlos como un potencial cliente, retroalimentando y fomentando los estereotipos como fuente de diferenciación.

Si somos lo suficientemente inteligente deberíamos saber que compramos lo que nos venden y no lo que realmente queremos o necesitamos, es similar a lo que se produce con la información en función de que cadena, radio o periódico tendrás una forma de opinar o reflexionar, es decir, desinformación, pues evidente es que no podemos acceder a toda y con total objetividad y rigurosidad.

Analiza por qué te gustan las chicas con la tez morena de la playa y el pelo largo y sedoso, delgadas sin ser extremistas y con formas voluptuosas… pensarás que es lo que sexualmente te activa, o porque es guapa, o algo que las encanta… está buena!! En realidad es el pensamiento y sentir social lo que hace que te excites o te guste un prototipo u otro de mujer, rara vez esa sensación está latente en ti esperando a ser despertar para emerger; en el hipotético caso de que lo que realmente nos gustará de una persona fueran sus pies o sus manos el concepto sería distinto y tendríamos otro tipo de relaciones… ¿te imaginas? No, gracias.

Pero, para muestra un botón, en el siglo XVII y XVIII el prototipo de sex-symbol o mujer que producía deseo sexual era lo más blanca posible, entradita en carnes, por no decir gorda, y con el pelo recogido. Por lo tanto, y muy a tu pesar, quieres ser así o estar con alguien así, y en gran parte porque la sociedad ha querido que tengas ese deseo, eres un esclavo de la misma, como yo, como todos, en definitiva. Solo algún reducto revolucionario y transgresor intenta ser distinto, lo que ellos no saben es que ya hubo otros inadaptados o que intentaron cambiar el mundo, lo cual no es óbice para saber que se mantienen en una línea que también existe o existía y no es más que otro modelo que reproducir, seguir o en el que fijarse, marioneta tú, marioneta yo, fotocopias a color o en blanco y negro, pero casi fieles replicas unos de otros.

Continuará…


miércoles, 24 de agosto de 2011

¿¿GUERRA DE SEXOS EN EL SIGLO XXI?? No, gracias. Parte II


Al hilo de las neuronas y todos sus entresijos, es fundamental reseñar que estas comunicaciones entre axones y dendritas, como un cable macho se inserta en uno hembra y viceversa, sólo se producen por tres motivos:

-      A: Lo que vamos aprender nos parece importante, fundamental o imprescindible para nuestra vida cotidiana, y por lo tanto, se automatiza, solo es válido para tareas práctico-motoras, es decir, montar en bicicleta o conducir un coche, e incluso cosas más elementales como masticar o lavarte los dientes.


En todas estas actividades se produce el aprendizaje motor o por fases de Fits y Posner.  Para los duchos en Educación Física o en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, les resultará más que familiar, pues han desayunado más de una mañana con ellas. Se trata de que nuestro organismo y sobre todo el córtex cerebral, que es el rey león del control motor, pasa por tres fases hasta que automatiza un aprendizaje y este se asienta y estabiliza como tal.

·   Fase 1 o cognoscitiva: familiarización teórica o comprensión de la tarea, es decir, pensamos lo que estamos haciendo y lo hacemos mal, ¿por qué? porque gastamos muchísima energía y atención en pensar lo que estamos haciendo. Nuestro movimiento es torpe, no eficaz y nos cansa o no obtenemos un resultado positivo.

Intento meter una canasta, no tiro correctamente, no encesto y necesito depurar la técnica y pensar que pasos seguir. Puedo desistir (el 90% de los fracasos ante una nueva tarea dan consigo al abandono de la misma) o elegir continuar. Personas que solo han esquiado o hecho snowboard una vez, personas que no se plantean si quiera conducir, personas que no quieren aprender a nadar o el hecho de preparar un guiso o pastel que en un primer intento salió nefasto.

·       Fase 2 o asociativa: puesta en práctica con visible torpeza. No existe la  especialización y el éxito es fruto de la habilidad del sujeto, sus experiencias anteriores, el talento o destreza motriz y otras características inestables (ánimo, autoestima, climatología, agentes externos, capacidad de sacrificio, entrega, atención, etc.), en esta fase necesitará constante feedback extrínseco (retroalimentación externa – no lo busques en wordreference.com), es decir, correcciones externas, estadísticas objetivas, videos, fotos o apoyos en caso de realizarlo con destreza.

Intento meter una canasta, tengo más experiencia, empiezo a encestar alguna canasta, intento reproducir el mismo modelo y rutina que cuando encesté, hago caso de las correcciones tanto propias como externas y empiezo a fijarme solo en los pequeños detalles. La ilusión y motivación es fundamental en esta fase, al ir cogiendo confianza y destreza el automatismo está por llegar, nos encontramos cómodos y confortables con la tarea, ya no es desconocida y luchamos por depurarla. Todos los ejemplos de tareas anteriores valdrían tanto para el esquiador amateur, como en el caso del conductor nobel o el aprendiz de Arguiñano; todos mejorarán rápidamente sin procesos o puntos de estancamiento.

·     Fase 3 o automatizada: el cuerpo responde con eficacia y eficiencia durante la actividad, permitiéndole estar pendiente de estímulos externos a la actividad olvidándose por completo de la tarea que está realizando.

Se tirar a canasta de forma fluida, rápida y eficaz, encesto con asiduidad, ahora me preocupa hacerlo en un ambiente inestable, con presión y oposición. En esta fase el aprendizaje hacia la excelencia es complejo y se registran puntos de involución (estadísticamente se tiene menos éxito y se comenten más errores incluso que en la fase asociativa), bien por sobre-entrenamiento, estrés, problemas personales, ansiedad, nerviosismo, o cualquier otro agente externo que dificulta la práctica de la actividad. Solo los deportistas de élite o la gente especializada en esas tareas motrices lo harán con enorme rendimiento, e incluso en función de las personalidades por encima de las expectativas, el clásico… “se crece ante la adversidad” o “no le puede la presión” o más del pueblo llano: “juega con un piti” o “está a media pulsación”.

Por ejemplo: si ya sabes conducir estarás pendiente de otros coches, de las señalizaciones de tráfico, del clima, de una conversación con los integrantes del vehículo, de la música que suena o cualquier otra cosa, pero no estás pensando si vas en segunda o tercera y si tienes que cambiar o no de marcha o debes pisar el embrague. No se trata de un movimiento involuntario como el latir de un corazón o la respiración pulmonar, pero es como si lo controlara también el cerebelo.

-     B: Lo que aprendemos nos resulta curioso, nos llama la atención o por sus características nos ha impactado de tal manera que recordaremos ese dato o ese elemento de forma sencilla. Un slogan, un anuncio, una fecha de cumpleaños, una marca, una forma, un logotipo, una cita célebre y un largo etc. de todas estas pequeñas cosas que se pueden incluir aquí, nunca desaparecen de tu subconsciente salvo que se produzcan algún tipo de desconexión neuronal, fruto de un accidente, enfermedad o ingestión de drogas u otro tipo de psicotrópicos que actúen modificando con voracidad los procesos bioquímicos y fisiológicos cerebrales.

-     C: El aprendizaje inconsciente: es aquel que se da en todos aquellos elementos que por su repetición, aparición habitual o rutinaria, se almacena como información en nuestro disco duro y permanece hasta que un buen día por su inutilidad se ve desbancada por otra información más importante, como cuando actualizas un programa o encuentras otro que te ofrece más posibilidades, tu cerebro chequea la información la computa y la hace propia, si lo estima oportuno, es algo que no decides de forma voluntaria, es una máquina perfecta, o acaso recuerdas todo lo que has estudiado de pequeño o incluso en la universidad, tu cerebro recibe un feedback intrínseco e inconsciente que le empuja a expulsar esa información inútil, obsoleta o errónea.

Después de este análisis de cómo funciona la computadora humana y admitiendo una duda más que evidente de que hayáis conseguido llegar hasta aquí, ¿aprendemos igual hombres y mujeres y viceversa? ¿Nos motivan lo mismo a hombres y mujeres y viceversa? ¿Qué partes cerebrales funcionan más en hombres y cuáles en mujeres, y en este caso, sin viceversa?

En el próximo capítulo…




domingo, 21 de agosto de 2011

¿¿GUERRA DE SEXOS EN EL SIGLO XXI?? No, gracias. Parte I

Me sorprende una soleada mañana de agosto “marujeando” por la red, como acostumbro en época estival en lugar de poner AR, una encuesta de la web “Enfemenino.com” por su décimo aniversario, esta, proclama a los cuatro vientos que los españoles somos los europeos que más felices y satisfechos nos encontramos con nuestra vida social, afectiva y personal, tres puntos por encima del resto de Europa y en el mismo percentil que los demás continentales en cuanto a la vida laboral, es decir, muy abajo; pues de bien sabidos es la crisis que ahonda la sociedad capitalista actual. No temas, no voy a refreír viejos post hablando de felicidad y si de disparidad.

Continúo leyendo, y en la encuesta se valoran no sólo las diferencias geográficas de los encuestados, sino que también se hace una división entre sexos muy amena. Esta diferenciación trata acerca de las expectativas en cuanto a relaciones de pareja, características de uno y otro en el ámbito familiar, quién toma o deja tomar las decisiones que se creen importantes, si creen que su condición de hombre o mujer les hace llevar una vida sencilla o por el contrario se sienten ninguneados, explotados o marginados; y por último que motivaciones y caracteres se les asignan a uno y otro sexo por ellos mismos y por el contrario.

Bien; poder, ambición, éxito, independencia, acción, libertad, audacia, confianza en uno mismo, individualismo o transgresión, se les asigna a los varones, mientras que a las féminas se les otorgan valores como: tolerancia, familia, generosidad, orden, elegancia, ternura, sacrificio, capacidad para compartir, igualdad o la psicología, es decir, tanto han luchado para una “igualdad” las mujeres, muy aprobada en el último tercio del pasado milenio por los hombres, y sin embargo, los estereotipos se mantienen, siempre nos quedará Merkel para abrirnos los ojos, pero... ¿queremos cambiar esos estereotipos? O nos sentamos en la poltrona añeja del salón como sugería Celtas Cortos en una de sus mejores letras.

Mientras nos mantengamos en que la mujer elige que se mete en el frigorífico y la escuela de los niños, y los hombres que televisión o que coche se compra, seguiremos en el siglo XIX, más atrás quizás. SI, puede parecer que las condiciones  han cambiado, y por supuesto las características no siempre son iguales, pero, ¿qué pretendemos conseguir? Me parece inútil entrar en una guerra de sexos por quién es mejor o peor, y lo que es peor entrar en una guerra más evidente todavía: que somos iguales, cuando no es cierto.

Si la igualdad no es si quiera posible entre personas del mismo sexo, más incentivadas se verán las diferencias entre las de distinto. La heterogeneidad es lo que nos hace únicos y es lo que resulta realmente divertido, desde no saber lo que quiere decir el otro, o cómo reaccionará ante una u otra situación. Todas estas divergencias en mayor o menor medida tienen fácil respuesta educacional o genética, he ahí el paradigma más ancestral de la psicología…

¿Tu cerebro y el mío funcionan igual?

Vamos a dar respuesta con ejemplos y situaciones prácticas y sobre todo con el responsable de todo esto, el cerebro y sus experiencias, ¿nos adaptamos o no al ambiente?, ¿poseemos o no un reducto de fundamentación genética que controla nuestras conductas y aprendizajes? Todo es mentira y todo es verdad, los estudios no esclarecen nada y para ser esclarecedores deberían realizar el mismo test, con los mismos estímulos, a todas las personas y que estas no hubieran tenido experiencias propias pasadas de ningún tipo, algo inviable hasta para los creadores del universo “Gattaca”, pues ya en la concepción de un ser vivo, cuando es cigoto, las experiencias empiezan a sumar y las sinapsis a trabajar.

¿Son tan diferentes Marte y Venus?

Pues centrándonos en el cerebro, sus áreas y la cantidad de sinapsis conectada en ellas (interconexiones neuronales que es lo que provocan los aprendizajes, a más conexiones entre neuronas, más aprendizaje, a más aprendizaje, mayor inteligencia), parece ilógico que sea que sí, pues aparentemente los cerebros son iguales, pero hasta en eso la naturaleza es caprichosa y unido a la evidente cantidad de unas u otras hormonas en función del sexo, añadimos diferenciaciones a nivel de las áreas sinápticas y estas se agudizan con el cliché social.

Tod@s l@s niñ@s (para los puristas, prometo que será mi último intento de hacer uso del lenguaje con talante socialista) parten de un número distinto de neuronas, no se sabe con exactitud pero es cercano a los cien mil millones de estos cables del saber, lo que sí es empírico es que estas mueren en gran parte a los tres años y todas aquellas que no fueron conectadas o activadas desaparecen o se atrofian definitivamente, el cerebro se resetea y por eso es imposible tener algún recuerdo anterior a los tres años (tú, que eres cabezota, dirás que no y pensarás que recuerdas tal, cual o pascual, pero la ciencia no te engaña, y tus recuerdos serán más bien incentivados por tus familiares o la gente que te rodea o por experiencias o patrones de acción que se guardan en el disco más oscuro de tu cerebro, pero no por recuerdo memorístico).

Por ello no es importante nacer con más o menos, lo realmente imprescindible es activarlas antes de los tres años, habitualmente la media está entre unos tres mil millones o cinco mil millones, y una vez que pasamos a edad adulta solemos perder unas 10.000 casi de forma diaria en función de nuestros hábitos de vida.

¿Te habías planteado por qué los niños son esponjas o dan la sensación de que aprenden más rápidamente?

Sencillo, sobre algo en el que apenas hay conexiones será muy fácil establecer relaciones rápidamente. Por ejemplo si vas a una empresa nueva conocerás a multitud de trabajadores y por ende más que te pese, mantendrás un vínculo; puede ser positivo, negativo o neutro, pero vínculo al fin y al cabo; si por contra, te estabilizas en tu lugar de trabajo sempiternamente solo podrás conocer a la gente nueva con la que se vaya renovando la empresa. Por lo tanto, a más experiencias distintas más interconexiones, a menos experiencias menos interconexiones, no hay que ser ni psicólogo ni científico para estar de acuerdo, solo ser racional.

Continuará…

miércoles, 10 de agosto de 2011

Redes sociales y otras carnicerías de Internet... ¿Qué hay hoy para comer...? Parte II


RED’s, dan paso a una aproximación exacerbada de los sentimientos irracionales y las latencias sexuales de forma rápida y confusa, obviando los pasos de ese cortejo simbiótico, es decir, dar la estocada, salir por la puerta grande y, desgraciadamente, olvidarse del novillo moribundo vencido… porque habrá más, da igual que bragado, botinero o azabache el astado sea, el caso es que hay otra cornamenta encima del cabecero de la cama, otro trofeo que ondea reluciente ante la carcajada del igual, la sorna irónica del rival y el despecho sonrojante del vencido.

Eso sí, TÚ, alma triste del wifi que toreas sin igual, con un manejo de la arroba digno de admirar, la cruda realidad es que capeas sin público, con la grada vacía, con el silencio como actor protagonista, escudado entre la maleza del anonimato que te ofrece tu estoque, el teclado, en él te encuentras mejor, como en una butaca Chester, aunque probablemente tumbado en la cama y el portátil postrándose en tus ardientes rodillas; más cómodo, refinado, guapo, con poder e incluso confianza, no necesitas tres copas de más, ni desgastar y erosionar a tu presa con parloteo a la italiana, sabes con certeza que ¿estudias o trabajas? nunca fue una buena solución. Sólo una capa de casta “García”, una máscara oscura, “darkiniana”, conexión LAN y ganas de jugar.

Atrás quedarán las presiones de los rejoneadores y las plazas pobladas que pedían enfervorecidas quites sobre el albero de baile, ALLÍ, no albergas buen recuerdo, ¿verdad?, pues allí era donde toreabas con torpeza y sin feeling, incómodo con tu traje de luces y montera, desubicado y puñetero como el calzoncillo de Nadal, anclado en una timidez decadente y depresiva, sin arrojo, con pudor, sin agallas, con amarga desazón.

Estas “cribas sociales” de grano gordo que todo lo toleran, si por criba entendemos malla o red, son más bien un salvavidas, un flotador al que muchos han sabido agarrarse en alta mar y que facilita una pesca con manguitos en este caso, en la que se pierde el riesgo y las nociones de la calidad, sustituyéndola por la basta cantidad.

Pero, qué le podría decir Don Juan a Doña Inés en pleno siglo XXI, seguramente entre sus frases principales se encontrarían: nos vemos, si eso, descansa, ciao, muuaks, hablamos, wpa, y por supuesto, no estarían respirando amor ni las flores, ni la gacela mía, pero seguro estoy que se encontraban enarbolando una media sonrisa que diría “jaja”.

Las redes sociales son un mal menor en realidad en cuanto a la pérdida del contacto directo, de la brega y la porfía en campos de tierra embarrados donde con dolor golpeabas un balón Mikasa, pues en cierta manera cumple y colman otras necesidades que hacen de nuestra vida más fácil. Me atrevo sin temor a decir que incluso desde un prisma acertado facilitan historias poco probables, quizás imposibles de otra forma o propician con acierto el recuentro con gente a la que perdiste el rastro… pero, ¿qué sucede con la carnicería de Internet?, ¿con el libertinaje del sexo mediante red?, páginas tipo badoo, vota mi cuerpo, sexy o no, y un largo etc. donde  la enjundia real es el engaño, la mentira y la calumnia para llegar al destino, una razón de ser maquiavellina, que asustaría al propio escritor, ni si quiera en el “El Príncipe” podríamos leer cosas semejantes; de hecho él mismo en una ostentación inusitada de integridad y abnegación se desetiquetaría presto, evitando ser relacionado con tan maño deshonor.

Estas charcuterías del nuevo milenio te permiten mirar el menú y escoger al gusto la cena, pero sin el certificado avalado por la FAO, pues en un alarde de marxismo sexual, descubres que el opio del pueblo no es la Iglesia, sino el sexo, y es la turbina que todo lo mueve y por la que tu status social sube o baja; seguramente antes era similar pero las sensaciones eran distintas, el acceso y las condiciones han cambiado, por ello el criterio es distinto.

¿Tienes criterio?

Mantén tus redes sociales y tus vínculos de amistad, pero desabróchate el corsé, provoca que tu desparpajo florezca e irrumpa con decisión, altera las condiciones reales en el face off, en el cuerpo a cuerpo, y se tú mismo sobre la mancillada arena. La carne y hueso de tu personalidad nada tiene que ver con tu “yo” digital.

                                                              Fisgoneas con atención

                                                             Atolondrada una foto y un

                                                             Comentario vacilón.

                                                             Escudriñas, cliqueas y

                                                            Buscando en un rincón:

                                                            Ofertas de amistad,

                                                            Oligarquías de pasión.

                                                            Kill me or die with it.

lunes, 8 de agosto de 2011

Redes sociales y otras carnicerías de Internet... ¿Qué hay hoy para comer...? Parte I


Facebook, Tuenti, Twitter, Badoo, Hi5, MSN, Myspace e incluso Google… es decir, más madera, más carnaza, más sitios donde colgar tu foto mirándote en un espejo poniendo morritos que tú crees sexy y no llegan a vulgar, deslumbrándote por el flash macarra que golpea el cristal; pincha en “me gusta” y es “algo” que admirar; explora, wassea, un privado, un evento o una sugerencia de amistad… ¿Dónde está la ficción, dónde comienza lo real? ¿Dónde están los besos y el abrazo fraternal? Los cambias, no te importa, no hay problema, donde esté un: “nos vemos, si eso… muaaks”.

Párate a pensar unos segundos y analiza: ¿Cuántos “amigos” están en tu red social y no conversas con ellos? ¿Cuánto tiempo “utilizas” para actualizar y ver tus redes sociales? ¿Cuánto tiempo pasas navegando entre fotos de “semi-desconocidos” curioseando y cotilleando como Patiño y Lozano, a las que criticas? Bien, ambos sabemos que no han sido unos segundos, quizás unos minutos, y ambos sabemos que tanto tú, como yo, y a pesar de lo que pueda escribir, seguirás on-line y preocupado de que fotos suben tus amigos de ti y a que enlaces interesantes puedes poner me gusta, porque no me gusta no hay…, aunque habrá.

¿El aburrimiento de la era de las telecomunicaciones nos impulsa realmente hacia esta vorágine de información innecesaria? NO, el aburrimiento sustenta necesidades innecesarias. Sí estás aquí probablemente no tengas algo mejor que hacer, pero quién ha dicho que esto sea malo o incorrecto; las redes sociales, por supuesto, y no el blog ¿por qué nos resulta incómodo si nos señalan como uno más de estas redes? o todo lo contrario, nos sentimos congratulados con nuestra posición quasianónima desde la que podemos despellejar, curiosear, boicotear, sabotear, ensalzar o criticar esto, lo otro o lo de más allá… Bienvenido al programa de Jorgeja… “…no es que yo no miro las fotos de los demás en…” JAInocente!! pero…, lo realmente cierto es que ni el mismo Basile lo habría hecho mejor que Zuckerberg, ni el mismo Zuckerberg era capaz de albergar un mínimo de esperanza de que esta moda digital cuyo leitmotiv es el morbo y el anonimato de los refitoleros, le iba encumbrar a la cúspide del éxito. ¿Añoras épocas pasadas? Sin embargo, eres un auténtico yonki devorador de redes.

Desde que el cara a cara se perdió, cuándo Brummel pujaba fuerte y cobraba sentido, cuándo el telefonillo sonaba sin parar y no anclado en la parsimoniosa armonía del cartero comercial; y en el preciso momento que tu cerebro no recuerde ningún número que empieza por nueve y si por seis, AHÍ, ahí dejaste de solventar con habilidad el mal trago de decir… “¿Está X? Si... Ah... es que soy un compañero de clase…

En realidad el “punch”, el gusanillo de conquistar, de hablar, de descubrir al otro con sus reacciones faciales, su lenguaje no corporal y la experiencia de probar si existe o no química… DEP, descansa en paz.

En este preciso instante irrumpe como un elefante en una cacharrería algo que no me atreveré a decir mejor o peor, pero seguro que diferente; donde un “jaja” amortigua cualquier frase picante, hiriente, sugerente, como con ánimo de acolchar cualquier futura respuesta, evitando la confrontación directa y el enojo del prójimo.

¿Te asusta que van a pensar? ¿Te asusta ser tú mismo? Esa inevitable sensación que te otorga esa pantalla fría e impersonal, te impregna y te domina, te raya y te castiga, cala hondo y te empapas de un sin vivir, un malestar, qué pensar, qué decir, qué pensará, qué dirá. No te ves capaz de dominar tus impulsos… tus dedos tiemblan o juegan con suma habilidad, golpean enérgicos letras sin parar en busca de un buen final, pero siempre está presente ese quebradero de cabeza producto de la lejanía, es decir, de la ausencia del lenguaje no verbal o del vibrar característico de una cuerda vocal, es decir, al final el instinto, el más racional y paradójicamente el más animal; el juez que todo lo sabe, el juez que todo lo ve, porque frases y palabras pueden con estilo decorar, pero un gesto que emana de un rostro de forma espasmódica o una voz rasgada y peculiar no pueden disfrazar la realidad, la verdad; si existe o no complicidad.

CONTINUARÁ...

lunes, 1 de agosto de 2011

Felicidad Relativa


Decía Lakan: "las fantasías deben ser poco realistas, utópicas". ¿Por qué? Y es que está pregunta mourinihana no tiene fácil respuesta, quizás, porque en el instante que consigues lo que buscabas, lo que perseguías… deja de ser importante o necesario para ti; ya no puedes quererlo, lo tienes. Para que el deseo siga existiendo… necesitas que lo que anhelas este permanentemente ausente, por ello; debemos marcarnos metas poco plausibles, y con ellas, mantenernos con vivaz ilusión, pues será el viaje hacia la "felicidad" lo que nos hace feliz lo que disfrutaremos en verdad y no el instante de la consecución de la misma.


Pascal planteaba que: "solo somos realmente felices cuando soñamos con la felicidad, o la cacería es más dulce que lo cazado o ten cuidado con lo que deseas estas condenado a no quererlo en cuanto lo consigas", pero... realmente, ¿qué es la felicidad?, o ¿qué nos hace felices?; puede qué las personas y el concepto que guardan de nosotros, es probable que los bienes materiales o, por qué no, los sueños que hemos alcanzado.

El estado de felicidad permanente es inalcanzable, químicamente hablando por supuesto, si generáramos la endorfina del placer o beta-endorfina como bulle una olla a presión en la que el agua se desprende a borbotones y jirones de vapor ardiente, nos sucedería como ella; que desaparecería sin dejar rastro, desvaneciéndose en el aire, mimetizándose con lo etéreo, que a pesar de ser mundano y el más de los sofisticados elementos, es aire, abstracto a la par que indiferente, mediocre en realidad…, la esencia de todo esto es que se produzca de forma ocasional y extraordinaria, y no rutinaria.

Las beta-endorfinas son estimulables fácilmente. El ejercicio, el sexo, la risa e incluso el llanto, segregan de forma torrencial en la sangre provocando un torbellino de sensaciones, que concluye como un masaje tailandés (¿final feliz?), relajación o quasiadormecimiento. Pero, ¿es esto la felicidad? ¿La definimos por estos pequeños instantes? ¿No es una incongruencia, que algo inherente a nosotros nos haga felices?

Estas mensajeras del placer no sólo son responsables de lo que tú crees “felicidad”, también mejoran tu memoria, tu humor, tu disposición física y mental, tu sistema inmunológico, aumentan tu resistencia, evita lesiones en los vasos sanguíneos, poseen un efecto anti-envejecimiento y es el mejor analgésico, después del hielo…, efectivamente ninguna de las anteriores razones estarían en una lista de cosas que te hacen feliz o provocan tu felicidad, por lo tanto, no es el efecto o las consecuencias de estas, sino el cómo se produce esa reacción.

¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para ser feliz? 

La satisfacción momentánea no suple tus carencias afectivas o tu desazón permanente, si buscamos felicidad en el diccionario nos daremos cuenta que la RAE la define como el estado de ánimo que se complace de la posesión de un bien… pues bien, permítase la redundancia, la RAE no sabe lo que es felicidad porque sencillamente hay más de seis mil millones de elucubraciones posibles y ninguna es válida.

Si definimos el estado de felicidad como conseguir lo que uno quiere o desea, ¿por qué inmediatamente después de conseguirlo ya no es importante?, de repente ya no le das valor, ya no es necesario…, efectivamente, estas “hormonas de la felicidad” no son infinitas y no se segregan de forma paulatina y constante como si lo hubiera ideado Henry Ford. Por eso experimentamos un asombroso bienestar incongruente cuando perdemos a alguien o sufrimos encarecidamente con algo y ya no podemos llorar más, y es que la liberación de lágrimas lleva consigo un aporte extra de endorfinas del placer, que es equivalente al doble que el que se produce en un orgasmo.

Por lo tanto, lo que anhelabas... ¿de verdad era importante o descenderá su valor a medida que pase tiempo junto a ti?, y lo que es peor todavía… ¿podemos hacer la misma valoración para los bienes materiales, que para los seres humanos?

Decididamente NO, un bien material pierde valor en el preciso instante que lo posees por el simple hecho de que su valor nunca se altera. El perejil, por ejemplo, es más sabroso, combinativo y efectivo en un guiso que el azafrán, pero este último es difícil de conseguir y por ello lo valoramos más, al menos económicamente hablando; pero... ¿puedes extrapolar esta situación a un ser querido, a un amigo, a un familiar, a un/a novio/a?

NO, insisto, taxativamente NO, porque los humanos somos como el Dow Jones, tendemos a variar nuestra cotización, puedes estar al alza o a la baja, pero sin duda, eres un valor seguro y que se retroalimenta constantemente con otros, por eso si eres un insulso, mediocre y anclado en la pasividad tu valor no se mueve, y por lo tanto, eres más cercano a un bien material que a un humano, pero si por el contrario, eres distinto, diverso y diferente tu valor es variable, y se enriquecerán los que te poseen y por tanto, tu valor en el mercado. Me niego a pensar que la persona que deseabas en lo fraternal o en lo sexual, deja de colmar tus expectativas, y me enrisco en la idea de que pierda su valor, pues la mezcla de dos valores en constante cambio y evolución ofrece un sinfín de oportunidades y experiencias... pero...

¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar?

Solo tienes que ser necesario para los demás para conseguir que te deseen, si eres agua corriente que sale por un grifo cada vez que lo activan serás eso… corriente, sin embargo, si no demandas gasolina, electricidad o carbón para activarte, sino la mera motivación de ser feliz, serás feliz, no sustentes tu felicidad por lo que tienes o deseas, sino por tu valor más importante… lo que eres y los que te rodean, apuesta por ellos cuando tocan fondo para reflotarlos y aprovecha tu inversión cuando te enriquezcan, de la interacción entre ambos vendrá el lucro común y de este, el bienestar general.

Ahora bien... actúas para que te valoren o sin esperar nada a cambio.

En ocasiones nos enojamos cuando vemos artistas, deportistas, famosos, empresarios o gente que supuestamente lo tienen todo y dicen que no son felices, pero las interpretaciones pueden ser diversas: químicas, físicas o económicas, pero no es más que comparar tu vida en función de la vida de otros, pero la que realmente importa para ser feliz, es la interpretación irracional, sensorial, abstracta y rabiosamente subjetiva que haces de ti mismo.
                                                                                         
La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto,
No depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.