viernes, 8 de marzo de 2013

MAN IN THE MIROR


MAN IN THE MIROR:

Hay un hombre en el espejo que me mira fijamente, me imita… Se disfraza con mi ropa, vive mi vida… Se oculta tras una sonrisa poco veraz, no soy capaz de aguantar su mirada; no puedes hacer que nadie te ame, sino dejarte amar. El físico atrae, la personalidad enamora.

Esa personalidad que explota desprendiendo un brote de energía insinuante que alcanza a todo aquel ser vivo que se encuentra a tiro, como un tejido arácnido dónde eres un ser sumiso más, un dependiente “chavista”, víctima del sistema de relación del siglo XXI, te mantienes en línea las 25 horas del día.

Eres encantador@ y misterios@ de un modo que ni si quiera alcanzo a entender. Dentro de ti alguien pidiendo a gritos la protección de un humano fuerte, pero solo puedo garantizarte que habrá épocas difíciles. Garantizarte que alguno de los dos querremos dejarlo todo en algún momento…

Pero…

…también garantizo que si no pido que mí@ seas, me arrepentiré toda mi vida, porque sé en lo más profundo de mi ser que estás hech@ para mí, con tus aristas agrestes o bordes redondeados, como chaqueta de sastrería, prefiriendo morir y verte, que no verte y tener vida.

SAL DE AHÍ, ESCAPA DEL MARCO DE CEREZO QUE TE TIENE PRESO,
VIVE AHORA… COMO SI DE UN SPOT DE RON BARCELÓ SE TRATARA…

Pero de momento, hoy se ha puesto mis zapatos, ha ido al colegio, ha impartido mis clases y nadie se ha percatado, ese hombre del espejo, NO, no soy yo.

Sosteniendo mi sensibilidad y frustración. Todos te quieren, todos comentan, te llaman el triunfador, y aunque le admiren, ese, ese no soy yo.

No importa cuántos momentos pienso en ti a lo largo del día, y sí en que momentos lo hago. No es la soledad de la cálida manta de domingo la que me impulsa a estos sentimientos, es la lóbrega sensación de frío que inunda mi corazón la que me empuja a romperlo en pequeños pedazos, como una profecía, y esperar siete años como Pitt, de estéril amor, de árida pasión, de yermo corazón.

Quizás la cacería sea más dulce que lo cazado, pero el premio de esta cacería no se diseca y se cuelga en paredes, te acompaña por una travesía enriscada y abrupta y la hace accesible, lisa, urbana, suave…
Meses de sin razón para saber que lo mejor no siempre es lo que quieres, y lo que te hace daño no siempre es malo. Esa misma “quiralidad” que vivo en el cristal cada mañana cuando me cepillo con derecha y veo que es izquierda.

El día D a la hora H sabré si el motor que lucha por sobrevivir dentro de mi cambia de dirección, rumbo, pasa de andar a correr, o navega entre meandros pronunciados de aguas tranquilas.

Al decir te odio por la rabia acumulada, no es más que necesito tu atención más que nunca, y es quizás, la única manera que te queda para conseguir tú propósito. No vuelvas más, quieres pensar, sin tu recuerdo puedo vivir, pero aunque te duela hasta el aliento tropiezas sin miedo.

No vuelvas a reflejarte, porque ese ya no soy yo. Blandas o duras, adictivas por igual, me vaya bien, me vaya mal, quiero probar.

Tengo que olvidarlo. NO. Tenerlo presente porque es la experiencia la que te hace superarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario